miércoles, 4 de enero de 2012

EMBERÁ y WOUNAAN

La vida es una cadena de acontecimientos cada uno de ellos dependiente del anterior, precisamente por su semblanza con la vida amo mi profesión. Mis trabajos han nacido de una sucesión de ideas que han dado como resultado documentales muy distintos a esas ideas originales, pero sin las cuales jamás hubiera podido contar las historias que finalmente me han seducido. Una vez más la historia se repite, el proyecto de realizar un documental mostrando Sudamérica a través de la mirada de nuestra hija Aridana quedó desestimado en Venezuela así que adelantamos nuestra ida a Colombia, donde mi esposa y mi hija se quedaron en casa de los abuelos, y yo me desplacé hasta el Chocó, departamento en el que decidí realizar un documental sobre el río Atrato y sus comunidades.
La primera etapa de este documental estaba protagonizada por los indígenas Emberá residentes en la comunidad de Quijaradó en el río Pató, el cual desemboca en el río Quito, y este a su vez lo hace en el río Atrato frente a la ciudad de Quibdó. Durante un tiempo los Emberá de esta zona me han permitido convivir con ellos compartiendo sus costumbres y tradiciones.
He disfrutado de su calidez, su amabilidad y sus costumbres, pero también he conocido y comprobado las desastrosas consecuencias del conflicto armado colombiano en esta gente, que a mi modo de ver debería ser ajena a él, así que finalmente me he decantado por la realización de un documental sobre su forma de vida y como esta va desapareciendo progresivamente al verse forzados a modificar sus costumbres en la selva o al ser expulsados de sus territorios y llegar a la ciudad como desplazados.


Al igual que los Emberà, los Wounnan sufren su misma suerte, en el caso de las diecisiete familias de la comunidad de Villa Nueva estas se han visto obligadas a dejar su resguardo de 25.000 hectáreas y ubicarse en las afueras de Quibdó en una hectárea y media, donde sus minúsculas cosechas se pierden por las continuas inundaciones convirtiendo la realización artesanal de collares, pulseras, pendientes y otros complementos de chaquira en la única fuente de ingresos con la que poder comprar todos los alimentos de la comunidad. El resultado es una grave desnutrición generalizada.

Anteriormente tanto las familias de las etnias Emberá y Wounnan vivían en casas alejadas las unas de las otras, esto les permitía  cazar, pescar, recoger frutos de la selva y sembrar a pequeña escala sin afectar el frágil equilibrio de la selva, pero ante las constantes violaciones y atentados por parte de los grupos armados que llegaban a las casas los indígenas han tomado la decisión de crear poblados formados por varias familias como medida de seguridad. Esto ha afectado gravemente su forma de vida: las presas de caza cada vez están más lejos, la pesca ha disminuido, los cultivos son más extensos y la tierra se empobrece rápidamente. En consecuencia su alimentación es cada vez más pobre y se crea una dependencia de productos de la ciudad que obliga a los indígenas a laborar en las ciudades o en la tala masiva de madera.


Aún así los Embera y los Wounnan siguen luchando por no perder sus tradiciones, su folclor, sus conocimientos y sobretodo sus territorios, las selvas y ríos de una de las zonas más desconocidas del mundo: El Chocó.







Nuestro tiempo de viaje ha finalizado. No hemos podido realizar nuestro proyecto inicial por lo que agradecemos inmensamente la comprensión de nuestros patrocinadores y el hecho de que no nos hayan retirado su apoyo, una bonita muestra de que detrás de cada una de las empresas que han confiado en nosotros hay unas personas maravillosas repletas de humanidad, gracias, mil gracias a todas ellas.
Gracias también a todos los que nos han ayudado a lo largo del camino, han sido tantas y tantos que seguimos creyendo que el mundo es un bello lugar que vale la pena conocer, disfrutar y compartir.
Finalmente gracias a todos los que nos habéis seguido y apoyado de un modo u otro. Esperamos no haberos defraudado demasiado.
Os emplazamos a un futuro próximo en el que podamos compartir con todos el documental que nacerá de una bonita idea que un día rondó por nuestras cabezas y que repercutirá en unas comunidades olvidadas en un lugar remoto para todos, incluidos los colombianos, y que merecen ser conocidas y protegidas.