viernes, 28 de octubre de 2011

La Sabana, un oasis en el viaje

Así es como hemos percibimos este pequeño pueblo casi limítrofe con el estado de Miranda.
Llegar hasta La Sabana ha sido la constatación de la advertencia que nos hicieron las personas que encontramos a lo largo del recorrido entre Macuto y Los Caracas:
- No man, ustedes no puden subir por esas montañas, hasta los carritos pierden los frenos en esas subidas.
Y así ha sido, no lo hemos conseguido, aunque estoy convencido que de no ser por el peso que cargamos lo hubiéramos logrado, pues el motor de nuestras bicicletas Monty nos ha dado suficientes muestras de ello.
El caso es que ante este nuevo imprevisto contamos con la ayuda de Jorge Araujo de la Alcaldía de Vargas, quién muy amablemente nos vino a recoger con un camioncito y nos hizo de guía mientras pasábamos por las espectaculares montañas selváticas que bordean el Parque Nacional El Ávila y por los pueblitos del litoral.
Ariadna se lo ha pasado en grande. En una de las paradas que hicimos jugó en el río y pudo ver los burritos de carga que utilizan los lugareños para subir a la montaña. Además está muy contenta de poder explicar a sus amiguitos de colegio que se ha subido a un camión.




La Sabana de por si es un oasis por la traquilidad del lugar y la belleza de sus playas, pero para nosotros lo ha sido por la amabilidad y hospitalidad de sus habitantes y en especial por Onelis y su mamá María Enriqueta, quienes nos abrieron las puetas de su casa.
Onelis es una bella mujer caribeña, negra, robusta, orgullosa de ser sabanera, como ella gusta de decir, y con un corazón que no le cabe en el pecho. Ella nos ha paseado por el pueblo, nos ha presentado a los vecinos, nos ha cocinado deliciosos platos y nos ha hecho sentir parte de su familia.


Inolvidables han sido las agradables charlas nocturnas con su familia, vecinos y amigos, sentados en sillas colocadas en la acera frente a la puerta de su casa. En una de ellas Otilia, tia de Onelis, se presentó con dos botellas de sangría. Resultó ser una verdadera embajadora de la cultura sabanera y una gran cantante. La velada transcurrió entre historias de como esclavos libres fundaron La Sabana, tradiciones como las fiestas de San Juan y sobretodo cantos que acompañan a los Tambores de la Sabana.


Nos quedamos sin poder escuchar los Tambores de la Sabana pues por respeto a una muchacha que falleció durante nuestra estancia, el pueblo quedó de luto y no podían sonar los tambores. Aún así en YouTube hemos encontrado una buena muestra de la espectacularidad de esta música en la que para nuestra sorpresa Otilia es la voz cantante.

2 comentarios:

  1. Bravos mis amigos. Qué bueno contar con el apoyo, la solidaridad, complicidad, entrega, amor...en definitiva de las gentes sencillas, libres de intereses, de recibir nada a cambio, que no sea vuestro agradecimiento.
    Adelante y cuidaos!

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  2. Así es el venezolano, especialmente el de la costa, amigable, alegre y comparte lo poco a mucho que tenga, estoy segura que en todas partes le ofrecian un cafecito

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